«Ya no se puede ser uno mismo»: Alcaraz revela lo peor de la celebridad
A los 22 años, Carlos Alcaraz se ha convertido en uno de los rostros más icónicos del tenis mundial. Explosión mediática, trofeos, viajes, celebridades, todo parece sonreírle al joven español. Pero detrás de las luces, una realidad menos glamurosa se impone ahora ante él: imposible salir sin ser parado, observado, escudriñado.
En una entrevista concedida a Marca, el campeón se sinceró con mucha franqueza sobre su relación con el reconocimiento.
«Lo mejor es que esto abre muchas puertas para conocer a ídolos, conocer a personas muy importantes, visitar y ir a lugares donde nunca pensaste que irías. El problema es que no puedes estar tan tranquilo como te gustaría. Soy una persona muy natural. Dar un paseo es algo totalmente normal para mí. Sin embargo, no puedo hacerlo sin que me paren, sin que me reconozcan, o sin sentirme observado. Creo que eso es lo peor de la fama.»
Una declaración conmovedora del nativo de El Palmar. En un mundo donde los atletas a menudo parecen inaccesibles o protegidos, escuchar a uno de los mayores talentos del tenis mundial hablar tan francamente sobre sus dificultades crea una cercanía inmediata.