« Sin Federer, la Laver Cup se desmorona »: las cifras alarmantes de un torneo en crisis
¿Era el mito de Federer suficiente para sostener todo un torneo? La Laver Cup revela un modelo frágil, entre pérdidas abismales y esperanzas de rentabilidad histórica en 2025.
Cuando Roger Federer se despidió en Londres en 2022, todo el planeta del tenis contuvo la respiración. Ese momento de emoción mundial también ofreció a la Laver Cup su apogeo comercial, con un beneficio neto de +3,5 millones de libras esterlinas ese año.
Pero lo que siguió fue muy diferente. En 2023, el torneo mostró una pérdida neta de 1,8 millones. En 2024, a pesar de los "ingresos fuera del torneo" no detallados que ya generan preguntas, las pérdidas ascienden nuevamente a 1,5 millones. ¿Y para 2025? Los organizadores prometen una "rentabilidad histórica", pero la ecuación parece difícil de resolver.
La taquilla, pulmón financiero del evento, cae de 17,5 a 12,5 millones. El merchandising sigue la misma pendiente: de 1,9 a 1 millón. Esta caída no es una sorpresa. El torneo fue concebido alrededor de un hombre: Roger Federer. Su ausencia en la cancha, ahora definitiva, deja un vacío que ni Alcaraz ni ningún joven prodigio llenan por ahora.
Pero la verdadera hemorragia es estructural: los gastos han aumentado en 7 millones entre 2021 y 2023. La causa, una elección estratégica arriesgada: la itinerancia anual de la Laver Cup.
Organizado cada año en una nueva ciudad: Boston, Londres, Vancouver o incluso Berlín, el torneo debe lidiar con costos logísticos fluctuantes, estadios de tamaños desiguales y una incertidumbre permanente sobre la taquilla.
Este modelo nómada, que quería inspirarse en la Ryder Cup, resulta hoy extremadamente frágil financieramente.
En este contexto, el anuncio de un regreso a Londres en 2026 adquiere un significado completamente diferente. Más que una elección logística, es un intento de recentrar el torneo en un mercado sólido, conocido e históricamente favorable a la Laver Cup (y a Federer).
Algunos observadores ven en esto el comienzo de un recentramiento duradero o incluso de una sedentarización progresiva del evento.
Un detalle suscita aún más interrogantes: la línea "ingresos fuera del torneo" en las cuentas de 2024. Permite reducir artificialmente las pérdidas, sin una explicación precisa. Varias fuentes mencionan un apoyo discreto pero financiero del propio Federer, preocupado por proteger su torneo.
Oficialmente, ni el entorno del suizo ni la organización de la Laver Cup han comentado esta información. Pero algo es seguro: sin su aura, ni su cartera, el torneo parece difícilmente viable.
Cabe recordar que la Laver Cup está financiada por las federaciones de tenis australiana y estadounidense, así como por Jorge Paulo Lemann, exjugador de la Copa Davis convertido en multimillonario, ciudadano helvético-brasileño.
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