«Ni Alcaraz tenía eso a los 19 años»: ¿Fonseca siguiendo los pasos del prodigio español?
Fonseca, un ascenso fulgurante
Hay temporadas que resuenan como una advertencia. La de João Fonseca, de 19 años, pertenece a esa categoría.
Dos títulos ATP, una entrada estruendosa en el top 25, una victoria ante Rublev ya en el Abierto de Australia y, sobre todo, una impresión: la de un jugador que acelera más rápido que las reglas habituales del circuito.
Talento natural, potencia, carisma: el brasileño tiene todo para convertirse en uno de los rostros ineludibles del tenis moderno.
Un paralelismo: Fonseca vs Alcaraz, versión 2021
La comparación parecía pretenciosa, pero hoy, las cifras la hacen más creíble.
La progresión de Fonseca se asemeja extrañamente a la de un tal Carlos Alcaraz durante su temporada 2021, aquella que había anunciado la llegada de un fenómeno al circuito ATP.
En efecto, Fonseca pasó del puesto 145 al 24 en el ranking, mientras que Alcaraz había escalado del 141 al 35 ese año.
En cuanto al balance ATP, mismas similitudes: 26–16 para Fonseca, frente a 27–17 para Alcaraz.
Títulos: dos trofeos ATP para los dos jóvenes prodigios
Además, ambos hombres parecen haber tenido el mismo éxito en su transición de los Challengers al circuito principal.
Lo mismo con los Grand Slams: donde lograron ganar rápidamente una primera ronda. Sin embargo, Fonseca aún no ha alcanzado el nivel del US Open 2021 de Alcaraz.
¿Más que coincidencias?
No obstante, hay que ser mesurados, porque el año 2025 del brasileño no ha sido solo un cuento de hadas.
En efecto, Fonseca también ha sufrido la dura realidad del circuito: partidos perdidos por falta de un plan B, dudas identitarias, gestión emocional aún frágil.
Pero estos reveses han tenido un efecto beneficioso: lo han endurecido. Además, eso no cambia lo evidente: Fonseca tiene algo que los demás no tienen.
¿Entonces, Fonseca futuro número 1 mundial?
El sueño es tentador, pero la realidad es otra. Alcaraz y Sinner ya dominan la era. Y unirse a ellos parece muy difícil.
Sin embargo, si enriquece su juego de transición, si afina sus elecciones, si mantiene su cuerpo intacto, entonces sí, el fenómeno brasileño podría cumplir las fantasías de sus más grandes fans.
Muchos "si", pero ya se sabe, el deporte de alto nivel reserva su cuota de sorpresas que nos es imposible predecir.
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