¡Zverev a un set de la final del Abierto de Francia!
De momento, sólo hay un hombre en la pista Philippe Chatrier. Frente a un Casper Ruud con problemas físicos, el campeón recita con calma su tenis.
Sin problemas desde el final del primer set, el número 4 del mundo sigue dominando y está a un set de jugar la final el domingo (2-6, 6-2, 6-4 tras 1 hora y 59 minutos de juego).
Mientras Zverev apenas pierde comba, Ruud no atraviesa su mejor momento. A pesar de empezar el partido con fuerza, el noruego fue perdiendo poco a poco la compostura. Llamó al médico, parecía sufrir dolores de estómago, y probablemente estaba enfermo.
Falto de energía, al número 7 del mundo le está resultando muy difícil plantear verdaderos problemas a un Alexander Zverev bastante impresionante.
Aprovechando las dificultades físicas de su adversario, el jugador de 27 años impuso su juego con gran tranquilidad. Muy fuerte con el saque (11 aces, 84% de los puntos ganados con su primer servicio), distribuye cada vez mejor el juego (41 golpes ganadores, 20 errores no forzados).
A pesar de un susto al final del set, cuando se metió en un pequeño lío, el jugador de 1,98 metros parece tener de momento las llaves del partido en la mano.
Una vez más, hay que relativizar esta actuación, ya que Ruud se encontraba claramente debilitado.
Lívido en la pista, no corría en todas las pelotas y estaba claramente en un estado físico que reducía drásticamente sus posibilidades de victoria. A pesar del evidente dolor del día, el jugador de 25 años sigue luchando duro y probablemente espera que su salud mejore.
Pase lo que pase, Zverev sólo tiene un set más que ganar si quiere llegar a la final del torneo, donde le espera Carlos Alcaraz.
Abierto de Francia 
Reportajes - Arabia Saudita, lesiones, guerra y negocio: los fascinantes entretelones del tenis revelados por TennisTemple 
El tenis, nuevo terreno de juego de Arabia Saudí 
El impacto de la guerra en el tenis en Ucrania: ayudas financieras, fundaciones, organismos y quebraderos de cabeza de todo tipo 
La guerra de las equipaciones: cómo los contratos de ropa dominan el negocio del tenis