« Me debes una disculpa »: la final Serena-Osaka que hizo temblar al mundo del tenis

El 8 de septiembre de 2018, la cancha Arthur-Ashe se transformó en un teatro de todas las tensiones. Entre explosiones de ira, sanciones arbitrales y el ascenso de una joven estrella japonesa, esta final del US Open quedará como una de las más controvertidas de la era moderna.
Desde los primeros intercambios, el partido es tenso. Serena lucha no solo contra su adversaria, sino también contra sí misma, su historia y una presión aplastante: igualar el récord de Margaret Court. Osaka, tranquila y poderosa, juega sin complejos. El choque de generaciones es palpable, pero no es el juego lo que hará que esta final quede en la leyenda.
El incidente que lo cambió todo
Al inicio del segundo set, Serena recibe una primera advertencia por coaching: su entrenador Patrick Mouratoglou es filmado haciéndole señales desde las gradas. Serena explota. «No hago trampas para ganar. Prefiero perder.» Unos juegos más tarde, rompe su raqueta. Segunda advertencia.
Luego viene el punto de ruptura. «Están atacando a mi persona. Están equivocados. Nunca más arbitrarán uno de mis partidos. Me deben una disculpa. El mentiroso es usted», declaró al árbitro de silla Carlos Ramos, con lágrimas en la voz, con rabia en el vientre.
Osaka termina ganando el partido 6–2, 6–4. Pero la ceremonia de entrega del trofeo es surrealista. El público abuchea, creyendo defender a Serena. Osaka oculta su rostro bajo su gorra, llorando, justo cuando acaba de ganar su primer título de Grand Slam.
Serena, en un gesto de grandeza, pide al público que deje de abuchear: «Déjenla disfrutar su momento. Ha jugado bien.» Un momento de gracia en la tormenta.