Cuando las estrellas del tenis cambian de pista: de Noah cantante a Safin diputado, otro partido, el de la reconversión
Después de años pasados corriendo por las pistas y viajando por todo el mundo, llega inevitablemente el momento de guardar definitivamente la raqueta. Para los jugadores de tenis profesionales, la retirada deportiva llega a menudo antes de los cuarenta años, dejándoles por delante toda una vida que reconstruir.
Si muchos toman los caminos ya trazados de la reconversión – capitán de equipo de Copa Davis, entrenador de la nueva generación, consultor para los medios de comunicación o director de torneo –, otros eligen vías mucho más sorprendentes.
Entre quienes siguen fieles a las líneas blancas del rectángulo de juego y quienes se aventuran hacia horizontes inesperados, los antiguos campeones nos ofrecen un panorama tan amplio como variado de una segunda vida.
Algunos no dudan en cambiar su pantalón corto de tenis por trajes que ya no tienen nada que ver con el deporte de su juventud, como hizo Marat Safin durante algunos años. Inmersión en estos destinos post‑competición, donde se entremezclan reconversiones clásicas y trayectorias insólitas.
LAS RECONVERSIONES MÁS CLÁSICAS
La mayoría de los tenistas retirados no se alejan realmente de la pelota amarilla. Muchos de ellos se convierten en entrenadores con bastante rapidez, como Bjorn Fratangelo que, casi justo después de anunciar su retirada, se convirtió en el entrenador de su mujer, Madison Keys.
Numerosos jugadores que conocieron la gloria durante su carrera también han tenido una carrera fructífera como entrenadores, como por ejemplo Boris Becker, número 1 mundial en 1991, que acompañó a Novak Djokovic entre 2014 y 2016, un periodo muy próspero en la carrera del serbio.
Algunos también se prueban en el papel de capitán de un equipo de Copa Davis como David Ferrer. El español, tras haber entrenado durante tres meses a Alexander Zverev, fue nombrado capitán del equipo de España a finales de 2022. En un enfrentamiento contra la República Checa en el Final 8 de la Copa Davis 2025, pudo reencontrarse al otro lado del banquillo con Tomas Berdych, antes rival en la pista, que ahora es capitán de su selección nacional.
Otros deciden optar por un papel ligeramente más atípico en el mundo del tenis: el de director de torneo. Feliciano López asumió el papel de director del torneo de Madrid sin siquiera esperar al final de su carrera, al igual que Tommy Haas, que tomó las riendas del torneo de Indian Wells en 2017.
La pericia de un consultor televisivo
Entre quienes eligen permanecer en el universo del tenis sin por ello ponerse el traje de entrenador, son numerosos los antiguos profesionales que se orientan hacia los
medios de comunicación. Convertirse en consultor televisivo representa una transición natural: micrófono en mano en lugar de raqueta, continúan recorriendo los torneos más importantes, esta vez desde los estudios o a pie de pista.
Gracias a su experiencia en el alto nivel, aportan a las cadenas una valiosa pericia técnica y una mirada de iniciados sobre las estrategias, los golpes y la psicología de los jugadores.
Para las cadenas de televisión, estos antiguos campeones constituyen un valor añadido indudable, capaces de descifrar las sutilezas del juego y de enriquecer el espectáculo para los telespectadores.
El auge del pódcast
Mientras que la mayoría se reconvierte como entrenador o como consultor de TV, algunos se dedican a un ejercicio totalmente distinto: los pódcasts.
Como Andy Roddick y su pódcast Served, o el cuarteto formado por Steve Johnson, John Isner, Sam Querrey y Jack Sock en Nothing Major. Estos últimos comentan la actualidad del tenis a su propio ritmo. Los cuatro amigos estadounidenses ofrecen argumentos de peso: una pericia tenística procedente de exprofesionales, todo ello en un ambiente de gran cordialidad donde el oyente puede tener la impresión de estar en un bar charlando con sus amigos.
Un fuerte potencial económico
El formato del pódcast permite seguir conectados con el mundo del tenis pese a la retirada y compartir libremente su experiencia y sus opiniones. Puesto que el jugador es quien lo conduce, es libre de su discurso y no tiene ninguna restricción.
También permite desarrollar cualidades empresariales ya que el jugador, propietario de su pódcast, es el responsable del desarrollo de su proyecto, que debe llevar a buen término si quiere que este sea sostenible.
Siguiendo en el mundo del tenis, este formato permite, por tanto, aportar nuevos retos conservando cierta independencia de forma lúdica y a su ritmo. Esto contrasta con el oficio de consultor para un canal de TV, donde la libertad de tono no es necesariamente tan grande como en su propio pódcast.
En el aspecto financiero, el pódcast puede ser una fuente de ingresos interesante: gracias a las colocaciones de producto, pueden resultar muy rentables. Este formato es ahora muy apreciado por las marcas, que no dudan en patrocinar determinados programas para aumentar su visibilidad.
Del tenis a la política, el caso de Marat Safin
La historia de Marat Safin ilustra perfectamente estas trayectorias sorprendentes. Actual entrenador de Andrey Rublev y antiguo número 1 mundial, el ruso había optado, durante varios años, por cortar totalmente con el mundo del tenis.
En 2011, solo dos años después de colgar la raqueta profesionalmente, se embarcó en una inesperada carrera política al ser elegido diputado en el Parlamento ruso, bajo la etiqueta del partido en el poder, Rusia Unida.
Servirse de su experiencia en el tenis para su nueva vida
Para Safin, esta reconversión no tenía nada de salto al vacío. El campeón veía, por el contrario, similitudes llamativas con su antiguo oficio. Declaró entonces: « Todo lo que aprendí en el tenis, intenté aplicarlo en mi otra vida después del deporte. Ahora bien, el tenis y la política tienen en común que hay que saber quiénes son tus amigos y tus enemigos.
En política como en tenis, hay que vivir el momento presente y tener mucha seguridad en uno mismo. En mi caso, no fue difícil, sobre todo porque, rodeado de personas de más de 60 años, yo era el más guapo. »
Este paréntesis político llegaría a su fin en 2016, año de su incorporación al Hall of Fame del tenis mundial. Safin declaró entonces que este nuevo estatus implicaba un papel de representación que deseaba asumir plenamente, justificando así su decisión de renunciar a su mandato de diputado para volver al tenis.
Un regreso al redil que le llevaría, algunos años más tarde, a unirse al banquillo de Andrey Rublev como entrenador, cerrando así el círculo de una reconversión tan atípica como efímera.
Yannick Noah: de la raqueta al micrófono
Si Marat Safin sorprendió al cambiar el tenis por la política, Yannick Noah encarna sin duda una de las reconversiones más espectaculares y exitosas del mundo de la pequeña pelota amarilla. Vencedor de Roland Garros en 1983 y figura emblemática del tenis francés, Noah no esperó al final de su carrera como jugador para explorar otra pasión: la música.
Desde 1990, cuando aún seguía activo en las pistas, el campeón empezó a grabar sus primeros temas. Pero fue verdaderamente después de su retirada deportiva en 1996 cuando su carrera musical despegó. Con su primer álbum Black & What, publicado en 1991, y sobre todo Urban Tribu en 1993, Noah impone su estilo único que mezcla reggae, pop e influencias africanas.
Una segunda carrera tan brillante como la primera
El éxito llegó, y no precisamente de forma discreta. Sus álbumes se venden por millones en Francia. Noah llena las salas de conciertos más grandes y actúa incluso en el Stade de France ante decenas de miles de espectadores. Una hazaña que pocas reconversiones pueden reivindicar: pasar de la condición de campeón deportivo a la de estrella de la canción francesa.
Lo que hace especialmente notable el recorrido de Noah es su capacidad para haber brillado en dos ámbitos tan diferentes. El francés ha podido apoyarse en la popularidad adquirida como tenista y después en su talento como cantante para consolidar esta carrera.
Hoy en día, para muchos franceses, Yannick Noah es tanto – o incluso más – el cantante de rastas que hace vibrar a las multitudes como el antiguo tenista que hizo llorar de alegría a Roland Garros en 1983.
Una cosa es segura: entre sus actividades musicales, su papel de capitán del equipo de Francia de Copa Davis y sus compromisos caritativos, Noah ha sabido construir una vida después del tenis tan rica e inspiradora como su carrera de jugador. La prueba de que salir completamente del marco puede a veces resultar ser la mejor de las opciones.
Una vida después de la vida
El final de una carrera como tenista profesional puede resultar complicado. Puede aparecer una sensación de vacío, ya que su día a día está llamado a cambiar de manera drástica de un día para otro. Para gestionar esta transición, hay que estar preparado y tener proyectos claros.
Tanto si eligen permanecer lo más cerca posible de las pistas como si se alejan radicalmente de ellas, los tenistas demuestran que una carrera deportiva no es un fin en sí mismo, sino más bien un trampolín hacia nuevas aventuras.
Desde los banquillos de entrenadores hasta los platós de televisión, desde los hemiciclos parlamentarios hasta los escenarios de conciertos, estas reconversiones dan fe de una realidad a menudo desconocida: detrás del campeón se esconde una personalidad de múltiples facetas.
Lo que se desprende de estos recorridos es que las cualidades desarrolladas en las pistas – determinación, gestión del estrés, capacidad de adaptación, disciplina – resultan ser activos valiosos en cualquier ámbito.
Marat Safin lo había entendido bien al establecer el paralelismo entre tenis y política. Yannick Noah lo ha demostrado trasladando su carisma y su energía del rectángulo de juego al escenario musical.
La retirada deportiva: El inicio de un nuevo partido
Pero más allá de los éxitos individuales, estas reconversiones plantean una cuestión más amplia: ¿cómo acompañar de la mejor manera posible a estos deportistas de alto nivel en esta transición crucial?
Porque si algunos se realizan de forma natural en su segunda vida, otros tienen dificultades para encontrar su camino después de haber vivido únicamente para y por el deporte desde muy jóvenes. Entre quienes innovan con pódcasts, quienes transmiten sus conocimientos como entrenadores y quienes se atreven con lo inesperado, cada recorrido recuerda que no existe una sola manera de lograr una buena reconversión.
Una certeza permanece: el final de la carrera de un tenista nunca es un punto final, sino más bien el inicio de un nuevo partido. Depende de ellos encontrar la estrategia ganadora para ganarlo y disfrutarlo.
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