Concebido como una apuesta audaz para preparar el después del Big 3, el Masters Next Gen ha trastocado los códigos del tenis moderno. Un torneo pionero y visionario, pero hoy en busca de identidad.
Mientras las federaciones luchan por reinventarse, las academias privadas captan a los talentos… pero también a las familias capaces de invertir decenas de miles de euros al año. Un sistema cada vez más eficaz, pero también cada vez más desigual.