Por qué Ben Shelton podría ser la sorpresa del Abierto de Australia 2026 (y nadie lo ve venir)
Ben Shelton, 23 años, silueta explosiva de 1,93 m, llegará a Melbourne con una mezcla interesante: una ambición asumida pero sobre todo un ascenso fuera de lo común para un jugador que llegó tarde al tenis.
Porque sí, cuando aterrizó en el circuito principal en 2022, Shelton nunca había salido de Estados Unidos. Ni siquiera estaba en el top 500.
Tres años después, ha ganado un Masters 1000, alcanzado las semifinales en el Abierto de Australia y el US Open, y ahora es miembro del top 10.
Para un jugador que comenzó tardíamente, la hazaña es prodigiosa.
«La mayoría de los chicos eran prodigios. Yo, para alcanzar el top 20 en dos años después de haber jugado en la universidad... no doy nada por sentado. No soy un producto terminado», admite.
Y es precisamente eso lo que aterra a sus futuros adversarios: Shelton aún no ha alcanzado su techo.
Del servicio-cañón al jugador completo: la metamorfosis
Se conocía su servicio a 240 km/h. Ahora se conoce su revés más pesado, sus variaciones, sus juegos de servicio dominados únicamente gracias a su segunda bola.
«Mi servicio era una muleta. Tuve que evolucionar. Hoy puedo mantener un juego entero con segundas bolas», confiesa.
Ya no es el chico que dependía de un golpe. Es un atleta más completo.
Una confianza estadounidense que lo hace peligroso
Shelton no huye de nada. Ni siquiera de la presión. «Puedo usarla como combustible. Me ayuda a jugar mejor.»
En Melbourne, en el calor y la intensidad, esta mentalidad puede marcar la diferencia. Además, la pista dura caliente australiana amplifica su pesadez de bola.
Finalmente, ningún estadounidense ha alcanzado la final en Melbourne desde Agassi en 2003. Una fuente de motivación adicional.
He aquí por qué Ben Shelton podría ganar el Abierto de Australia 2026. Y por qué nadie debería sorprenderse si lo hace.