Federer sobre la carrera de su hijo: «Me veo más bien como un general manager con Leo»
Desde su más tierna infancia, Roger Federer estaba destinado a un futuro fuera de lo común.
Sin embargo, detrás de esta trayectoria legendaria, una verdad sorprende: sus padres prácticamente nunca lo acompañaban en las pistas. Robert y Lynette jugaban un papel esencial, pero no el que uno imagina habitualmente para los padres de un futuro campeón.
En una larga entrevista concedida a «Tages-Anzeiger», Federer recuerda esta educación deportiva singular:
«No intervenían cuando no era necesario. No recuerdo que me visitaran a menudo en Ecublens (Centro nacional de tenis en Suiza)... Quizás dos o tres veces en dos años.»
En lugar de inmiscuirse en los entrenamientos, sus padres confiaban en los entrenadores presentes en el lugar y especialmente en su mentor Pierre Paganini, asegurando una presencia benévola entre bastidores sin interferir nunca.
A los 44 años, padre de dos pares de gemelos, Federer se encuentra ahora en el lugar de sus padres. Y el más apasionado por el tenis es Leo, de 11 años. Pero contrario a lo que se podría creer, Federer no lo entrena personalmente:
«No. Alguien más debería hacer de entrenador. Me veo más bien como un "general manager" con Leo. Me preocupo menos por los resultados que por el hecho de que se divierta y progrese. Confíen en los entrenadores, como lo hicieron mis padres. Pero aún así hay que mantener el dedo en el pulso. Apoyar a nuestros hijos para que aprendan a pilotar por sí mismos.»
Según él, el papel de los padres no es ni entrenar, ni presionar, ni imponer. Es acompañar al niño hacia la autonomía, manteniéndose como una presencia tranquilizadora pero vigilante.