«No celebro mi cumpleaños»: Serena Williams revela la tradición poco conocida que moldea su vida

Una decisión poco común, asumida con fuerza: al borde de cumplir 44 años, Serena Williams toma una elección que pocos entienden, pero que dice mucho sobre la campeona y la mujer en la que se ha convertido.
El 26 de septiembre, Serena Williams soplará, en silencio, sus 44 velas. Porque para la leyenda del tenis mundial, no habrá tarta, ni fiesta, ni deseos. ¿La razón? Una creencia religiosa profundamente arraigada que ha guiado toda su vida: Serena, como su hermana Venus, es Testigo de Jehová. Y en esta fe, los cumpleaños no se celebran.
Una revelación que la ex número 1 mundial asume plenamente desde hace años, y que transmite hoy a su propia hija, Olympia. Una elección radical, a menudo incomprendida, pero que ilustra la coherencia entre su vida privada, sus convicciones y su increíble trayectoria.
Serena y Venus crecieron en Saginaw, Michigan, en el seno de una familia convertida al Testimonio de Jehová en la década de 1980. Su madre, Oracene Price, fue la figura fundadora, criándolas en una fe donde las celebraciones personales ceden el paso a la espiritualidad y la discreción.
«Ser Testigo de Jehová es importante para mí, pero nunca lo practiqué realmente. Quería hacerlo», confesaba Serena en 2017.
Un compromiso que se intensificó con la maternidad. En el primer cumpleaños de su hija en 2018, Serena había sorprendido a la prensa declarando:
«Somos Testigos de Jehová, así que no lo hacemos». Pero entonces, ¿por qué exactamente los Testigos de Jehová rechazan los cumpleaños?
La doctrina se basa en una lectura específica de la Biblia. Los cumpleaños solo se mencionan dos veces (Génesis y Mateo) y en cada ocasión, se asocian con la muerte o la violencia. Para los Testigos, estos eventos no son, por tanto, fuente de regocijo.
Prefieren celebrar las etapas espirituales, como el bautismo, la predicación o los aniversarios de ministerio, vinculados a su compromiso religioso, en lugar de fechas personales consideradas demasiado centradas en el ego.