Laurent Raymond habla sobre Arthur Fils: «En términos de potencia, está entre los dos o tres mejores del circuito»

Arthur Fils llega de dos cuartos de final consecutivos en Indian Wells y Miami. Número uno francés con solo 20 años, el nacido en Bondoufle (Essonne) vive un ascenso meteórico, tanto que muchos observadores le dan muy poco tiempo antes de alcanzar el top 10.
En una entrevista concedida a *L’Équipe*, el entrenador del equipo de Francia, Laurent Raymond, habló sobre el actual número 15 del mundo y su posibilidad de entrar en el top 10:
«Ya ha tenido una progresión bastante excepcional en términos de velocidad. Otros habrían marcado etapas, incluso retrocedido, lo cual no ha sido su caso.
Solo necesitó un semestre el año pasado para acostumbrarse a muchos cambios a su alrededor, especialmente en la estructura de entrenamiento, lo cual no es nada en realidad.
Desde ese momento, ha retomado una progresión constante. No gana cada semana, claro, pero suma dos ATP 500 y encadena dos cuartos seguidos en Masters 1000 por primera vez.
Es la prueba de que hay continuidad en el trabajo. Si todo va bien, si no hay lesión, no veo qué podría impedirle entrar en ese top 10.
Su principal cualidad y lo que más me impresiona de él es la capacidad que tiene para entender e integrar rápidamente la información. En los análisis para establecer un plan de juego, pero sobre todo en las revisiones, donde me di cuenta de inmediato de que es muy interesante y muy lúcido.
Acepta la crítica, está de acuerdo, la autocrítica no le asusta. Y forma parte de esos jugadores que recuerdan casi todos los puntos de un partido, lo cual es esencial para sacar lecciones. Él era imbatible en eso. Los mejores son tipos reflexivos, que aprenden rápido gracias a una especie de disco duro que graba todo, todo el tiempo, como él.
No se puede decir que tuviera tendencia a rendirse. De hecho, se dejaba llevar por los nervios, una tensión, y explotaba. En eso, ha trabajado muchísimo y ha mejorado mucho.
Es la parte más importante, desde el momento en que todo lo demás está en su lugar. Se distingue por una potencia fuera de lo común, que lo sitúa entre los dos o tres mejores del circuito en este aspecto.
Físicamente, es resistente y, tácticamente, ve el juego perfectamente. Y es ambicioso y no le teme a los demás.
Tanto es así que cada vez que se enfrenta a alguien mejor clasificado que él, ahora, no se limita a lucirse. Y piensa el famoso: "Joder, qué mal sorteo..."».