Vencido por Zverev, Jarry fue incapaz de controlar el saque de su rival: "Su saque es muy diferente al de todos los demás".
Nicolas Jarry tuvo una semana exitosa en Roma. Tras llegar a Italia con un nivel de confianza muy bajo (derrotado desde el principio en Montecarlo, Barcelona y Madrid), irá a París con mucha más seguridad. Sube 8 puestos en la clasificación ATP, es ahora 16º del mundo y debería beneficiarse de un cuadro bastante asequible en Roland-Garros.
Aunque fue derrotado en la final, se ha reafirmado en su capacidad para desafiar a los mejores jugadores del planeta. Derrotó a Tsitsipas en cuartos de final (3-6, 7-5, 6-4) y luego a Paul en semifinales (6-3, 6-7, 6-3), pero fue necesaria una excelente actuación de Zverev para frenarle en seco (6-4, 7-5).
Cuestionado en la rueda de prensa, el chileno admitió estar decepcionado, pero quiso mantenerse positivo: "Mi sensación ahora es que quiero ir a Roland Garros y jugar mejor porque sé que puedo hacerlo bien allí. Estoy muy motivado".
Al recordar el partido, explicó que le resultó muy difícil leer el compromiso de su rival: "Su porcentaje de primeros saques era bastante alto. Sentí que no tenía suficientes oportunidades. Además de ser muy bueno, su saque es muy diferente al de los demás. Lleva la pelota muy alta, lo que hace que el rebote sea especial.
Me llevó un tiempo entender su trayectoria. Al final, sentí que lo controlaba mejor. En el 4-4 del segundo set, tenía un punto que podía permitirme. Creo que ahí se decidió todo. Una vez que empezó el punto, me sentí cómodo, estable. Me sentía bien.
Quería seguir aguantando. Sabía que si podía mantenerme en el partido un poco más, tendría una oportunidad. Pero era un poco tarde.