¿Zverev pillado haciendo trampas? No saques conclusiones precipitadas.

Hay una escena que está dando la vuelta al mundo: el sorteo previo al partido de cuartos de final del Abierto de Francia entre Alexander Zverev y Alex De Minaur (ver vídeo más abajo). En él se ve cómo el juez de silla, el francés Damien Dumusois, pide al alemán que elija una de las caras de la moneda que está a punto de lanzarse para decidir cuál de los dos contrincantes tendrá prioridad a la hora de elegir el lado de la pista en el que empezar, o si el partido empieza o no con saque.

Zverev indica muy claramente su elección "Pelota" (el lado con el dibujo de una pelota). Pero cuando el juez de silla levantó la moneda y anunció que era el lado de la "raqueta" el que había caído en la dirección correcta, el número 4 del mundo respondió "He dicho raqueta". Así pues, ganó el sorteo y optó por el saque de De Minaur.

Naturalmente, el primer instinto al ver la escena es indignarse de que Zverev pudiera hacer trampas de forma tan descarada y tan casual. Pero es importante no sacar conclusiones precipitadas sobre las supuestas intenciones del alemán.

Para dar un paso atrás, simplemente señalaríamos que la presión y el estrés son máximos antes de un partido como éste, y que no es el momento de pensar con claridad. Basta con haber estado en el tipo de situación estresante que puede compararse a ésta para convencerse. Así que también es posible que Zverev no tuviera intención de hacer trampas y simplemente se confundiera debido al alto nivel de estrés. Y eso es sólo una hipótesis entre probablemente muchas otras.

Tanto más cuanto que habría sido especialmente estúpido por su parte participar en este pequeño intento en estas condiciones. En primer lugar, porque lo que estaba en juego en el sorteo era mínimo, especialmente en un partido al mejor de cinco. Y en segundo lugar, porque sabía perfectamente que Damien Dumusois tenía un micrófono encendido y que las cámaras que transmitían sus imágenes a todo el mundo le apuntaban.

Cada uno decidirá lo que quiera, pero es cuestión de saber mantener la guardia alta. Zverev es probablemente el único que conoce la verdad sobre este asunto.