¡Rublev resurge de sus cenizas en Madrid!

Andrey Rublev, que llegó a Madrid en plena crisis, intentará alcanzar otra final de Masters 1000 este viernes. El número 8 del mundo tiene todo a su favor. Es, con diferencia, el jugador con más pedigrí de los cuatro semifinalistas. No es exagerado decir que la oportunidad de ganar un segundo título de Masters 1000 (después de Montecarlo 2023) es enorme.

Sin embargo, la temporada de tierra batida no ha empezado nada bien para el ruso. Descalificado por insultar a un juez de línea en febrero (contra Bublik en las semifinales de Dubai), el moscovita encadenó una serie de malas actuaciones (4 derrotas seguidas antes de llegar a la capital española). Pero como él mismo dice, todo puede cambiar muy rápidamente en el tenis: "Durante seis semanas, no gané nada. Es mejor no pensar en ello. [...] Le pasa a todo el mundo, todos los jugadores han pasado por estos momentos. Lo más importante es seguir trabajando, seguir mejorando y recordar que todo puede cambiar en una semana". (Entrevista en la rueda de prensa posterior a su victoria sobre Carlos Alcaraz por 4-6, 6-3 y 6-2).


Más agresivo que nunca, Rublev se apoyó en golpes secos y un saque letal para volver a la senda de la victoria en Madrid. Su saque fue quizá el arma más llamativa de su juego esta semana. Como demuestra la pequeña nota que Carlos Alcaraz le pasó al final del partido ("¡Sacaste muy bien, amigo!"), Rublev saca muy bien. El propio moscovita lo reconoce: "En los dos últimos partidos, he sacado muy bien. Conseguir puntos gratis en cada juego es una verdadera ventaja". (comentarios recogidos por L'Equipe).

Dicho esto, su eficacia al saque no es sorprendente, dado que el ruso es el tercer mejor servidor del circuito esta temporada (90% de juegos de servicio ganados de media en 2024). El resto de su tenis, basado en golpes potentes y asfixiantes, se deriva de su saque asesino.

Incluso más que su primer servicio, es la calidad del segundo saque del número 8 del mundo lo que empieza a ser motivo de preocupación. Durante mucho tiempo, su segundo servicio fue un poco inestable, pero los progresos del ruso en este aspecto son evidentes: "Sabemos que todos los jugadores son agresivos e intentan atacar su segunda bola. Por eso intentamos mejorar nuestra velocidad y asumir más riesgos. Está progresando cada día". (Fernando Vicente, entrenador de Rublev).

Con un saque de tanta calidad, sólo tiene que mejorar su eficacia en los puntos de ruptura y podría subir otro peldaño (40º del mundo en conversión de puntos de ruptura en 2024).

Por un puesto en la final, Rublev se enfrentará a otro jugador que se siente muy cómodo con el saque, Taylor Fritz (13º del mundo). Dicho esto, este rival le traerá buenos recuerdos, ya que el año pasado le derrotó en semifinales en Montecarlo (5-7, 6-1, 6-3) antes de ganar el título contra Holger Rune.