La WTA firma una "asociación plurianual" con Arabia Saudí

La WTA anunció oficialmente el lunes la firma de una asociación plurianual con el fondo soberano de Arabia Saudí (PIF). De este modo, el organismo rector del tenis femenino sigue los pasos del ATP Tour, que ya había firmado una asociación de este tipo el pasado mes de febrero.

En un comunicado conjunto con el PIF, la WTA declaró que su "ambición es desarrollar el tenis profesional femenino e inspirar a más mujeres y niñas de todo el mundo a practicar este deporte".

"Estamos impacientes por compartir el viaje de nuestras talentosas jugadoras a lo largo de la temporada, mientras seguimos haciendo crecer el deporte, creando más aficionados al tenis e inspirando a más jóvenes para que practiquen este deporte", declaró Marina Storti, Directora General de WTA Ventures, en el comunicado conjunto. La FIP se convertirá en el "primer socio de la clasificación de la WTA".

"A través de su asociación con la WTA, la FIP seguirá siendo un catalizador para el crecimiento del deporte femenino", declaró Mohamed Alsayyad, Director de Marketing y Comunicaciones de la FIP. "Esta asociación forma parte de nuestra ambición de elevar el juego y aportar un crecimiento positivo al deporte en todo el mundo".

La WTA ya había firmado un acuerdo con Arabia Saudí para albergar las finales de la WTA de 2024, 2025 y 2026 en Riad.

Cabe señalar que varias figuras históricas del tenis femenino se han opuesto desde el principio a este acercamiento a la FIP. El pasado enero, Martina Navratilova y Chris Evert denunciaron el historial del reino saudí, que funciona bajo una monarquía absoluta (todos los poderes concentrados en manos de un único soberano), en materia de derechos de la mujer en un artículo de opinión publicado por el Washington Post.

El artículo se titulaba: "No ayudamos a construir el tenis femenino para que Arabia Saudí lo explote".

Este acuerdo se inscribe en una dinámica más global apuntalada por la voluntad de Arabia Saudí de convertirse en una potencia deportiva y de intentar desprenderse de su imagen austera y conservadora.

Este cambio de imagen se considera esencial para el éxito de su programa de reformas económicas y sociales "Visión 2030", destinado a preparar al primer exportador mundial de crudo para un futuro próspero tras el fin de la explotación de sus reservas de petróleo.